¿Está España a salvo de incendios como el ocurrido en la Torre Grenfell en Londres?

¿Está España a salvo de incendios como el ocurrido en la Torre Grenfell en Londres?

Actualizado a fecha: 30 enero, 2019

El incendio en la Torre Grenfell de Londres, de 24 plantas, ha reabierto el debate sobre la importancia de la seguridad y la protección contra el fuego. Según las últimas informaciones, el recubrimiento de la fachada con paneles de polietileno, un material altamente inflamable, avivó el fuego. Además, el sistema de alarmas no funcionó correctamente.

Sin duda, está claro que, en uno de los países que más exigencias incluye en su legislación edificatoria, algo falló para que este material pudiera ser instalado y para que el mantenimiento de los sistemas contra incendios mostrará deficiencias.

En este contexto, se hace necesario plantearse si esta tragedia podría pasar en España. «De cara a sucesos como el ocurrido en Londres, habría que tener en cuenta los elementos de protección pasiva y activos contra incendios en los edificios, regulados en el Código Técnico de la Edificación (CTE)», explica Javier Méndez, director del Gabinete Técnico del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid (COAATM).

Respecto a la protección pasiva, y en lo relativo a los materiales empleados, donde se incluiría el polietileno, el CTE utiliza dos características para intentar resolver el riesgo al fuego: la reacción y la resistencia.

Según Alberto Diego, especialista en seguridad contra incendios del Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña (Itec), «la reacción al fuego está concebida para ver la contribución de un material en el interior de un edificio y en fase inicial del desarrollo del incendio, por lo que no es la característica más adecuada para parametrizar las soluciones de un riesgo». Diego compara los métodos de ensayo con una papelera ardiendo en una esquina de una habitación. «En este sentido», añade,«las condiciones de un fuego en la fachada son muy distintas porque ya está el incendio plenamente desarrollado y sus características no tienen nada que ver con las que hay en el interior”.

Cabe especificar que lo que está reglamentado es la clasificación de los productos en cuanto a su comportamiento al fuego, y no al tipo de material. «Por lo tanto», apostilla Méndez, «lo que se debe justificar es que la reacción y la resistencia frente al fuego de los materiales utilizados en el edificio cumplen con la clasificación establecida en el CTE, para un material concreto y con un uso específico». Si responden de la forma adecuada, son válidos para la construcción.

Protección activa y pasiva

Con todo, «el producto de aislamiento térmico adoptado por el exterior en el edificio Grenfell no sería aceptable de acuerdo al CTE para su uso en fachadas ventiladas de más de 18 metros», resuelve Diego.

Además, la protección activa contra los incendios incluye los equipos y dispositivos instalados para detectar, avisar e incluso extinguir el incendio (detectores, alarmas, rociadores o extintores). Y resulta muy importante saber que de nada sirve la instalación de los mejores sistemas si cuando se produce el fuego no funcionan, como ha sido el caso de las alarmas en el edificio londinense, o no se mantienen. «La clave de la eficacia de un sistema es que el mantenimiento se realice periódicamente por empresas acreditadas, según señala la legislación», advierte Antonio Tortosa, vicepresidente de la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios (Tecnifuego-Aespi).

 

El Mundo