Situación actual de los incendios para la humanidad
Actualizado a fecha: 30 enero, 2019
Desde la Edad Media, en la que ardían ciudades enteras, la humanidad ha aprendido mucho y se ha esforzado continuamente por evitar y contener los incendios. Sin embargo, estos esfuerzos se han visto compensados por fuentes de ignición adicionales y cargas de combustible crecientes.
El número de incendios va en aumento año a año
En la actualidad, prácticamente cualquier hogar y cualquier empresa posee PCs, TV, luces halógenas, máquinas de café y otros aparatos eléctricos, aparatos de calefacción y aire acondicionado, etc. La mayoría de estos dispositivos incluyen una fuente de alimentación y otros módulos electrónicos, que constituyen fuentes de ignición potenciales. Pero los incendios también pueden provocarse deliberadamente. El porcentaje de incendios intencionados se encuentra entre el 25% y el 40%, y las cifras van en aumento. Estos incendios deliberados suelen propagarse rápidamente y su extinción resulta extremadamente difícil. Por término medio, este tipo de incendios resulta tres veces más costoso que un incendio de tipo normal.
Materiales inflamables utilizados en la actualidad
En nuestra opulenta sociedad, los edificios están decorados con textiles, alfombras, etc., cada vez más lujosos. Además, el uso de material sintético fundido a presión, moldeable y fácil de procesar, a la vez que económico, aumenta de forma permanente. Aparte de aumentar la carga de fuego, estas sustancias son, en su mayor parte, altamente inflamables y reaccionan como aceleradores del fuego. Este efecto es mucho más catastrófico de lo que revelaría la mera carga de fuego. Además, los edificios son cada vez más complejos y con más rotación y movimiento de personas dentro de las urbanizaciones.
Protección contra incendios
A pesar de ello existen también una gran canidad de opciones para proteger cualquier elemento y a las personas del fuego. Existe una amplia gama de productos y sistemas de protección pasiva contra incendios para satisfacer esa necesidad sin tener que actuar cuando se produce un fuego. Por otro lado, la protección activa contra incendios nos puede ayudar a sofocar las llamas, a ejercer una presión activa sobre el incendio para extinguirlo y evitar así que cause daños irreparables y muertes de personas.
Un gran incendio libera gran cantidad de energía. Un incendio en el que se quemaran 3 g de papel por segundo ya generaría 40kW y una altura de las llamas de 0,8m. Además del calor, todo incendio, ya sea grande o pequeño, produce residuos tóxicos y gases altamente tóxicos. Estos gases contienen, entre otras sustancias, monóxido de carbono, gas de ácido clorhídrico, gas clórico, varios compuestos de sulfuro, óxidos de nitrógeno (NOx), gas de ácido hidrociánico y muchas otras sustancias altamente tóxicas, incluso el fosgeno. La pérdida de vidas humanas y los daños financieros causados ya sea directa o indirectamente por estos gases es consecuentemente alta.
Fuente: TECNIFUEGO-AESPI